24.11.07

Yvonne


La Historia llega a nosotros a través de distintos caminos. La mayor cantidad de veces; la cuentan los vencedores, pero también los sobrevivientes, entendiéndose por tal a los que escaparon de las garra de la muerte. Es lo primero que aprendí en mis postergados estudios de Historia.

Los argentinos tenemos una herida abierta, lector atento. Los desaparecidos. El método de desapariciones y terror de estado. Y cuando se habla del tema en cualquier medio hago una pausa y trato de enterarme. Así me llegaron estas palabras. La fuente es el Clarín del dieciocho de noviembre de 2007. Están puestas en boca de Yvonne Pierron monja católica que se salvó de morir con sus dos compañeras desaparecidas.
“Al final me di cuenta de que en el fondo, en toda la masacre, en toda muerte, escuchen –remarca Yvonne- siempre hay sobrevivientes. ¿Por qué? No es que no tengan fuerza para dar su vida, que nunca fue mi caso, es porque tenemos que tener en la historia un testigo. Porque lo vivido es irrefutable. Entonces, vos podés hablar, porque lo viviste y no me digan que no, porque esto pasó.”

(siento en la voz de la monjita un dolor por no haber acompañado a sus amigas, una aceptación dolorosa de su papel)
Pero la mujer no se detiene, lector atento. La misericordia está en su naturaleza. Dios la bendiga.

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