23.11.11

Dígame hipócrita!

Estoy explicando a un aspirante a mozo que mientras sirve la bebida no tiene que tocar la copa.
-El cliente puede decir que le ensuciaste la copa, me entendés?
Ese segundo que transcurre entre mi pregunta y su respuesta es transcendental para sentirme mal. Estoy educando a un tipo en una hipocresía. Todos sabemos, lector atento, que la misma mano que no te toca la copa, es la que la puso donde está, cristalina. Es todo una mascarada, un baile de convenios, una mentira.
En fin.

21.11.11

Updata

Hoy descubrí que el Indio Solari tiene las mismas fobias que Monk. Un tipo que sufre mucho. Una gran persona.
Piense, lector atento, que es una persona que convoca multitudes, y que no soporta el contacto humano. Textual de la entrevista que le hizo Mario Pergolini para Cual es!:
"Yo no soportaría estar en un pongo de los que se arman en mis recitales."

31.10.11

Un reloj de sol a la sombra de un árbol.

monk

Parece que Monk basa toda su fuerza detectivesca en descubrir que cosa está fuera de lugar y de asignarle un motivo a dicho desorden. Una relación causa y efecto directa que le dice a él y a nosotros, sus espectadores, como se cometió un crimen. No estoy diciendo nada nuevo, la serie pregona a cada momento estos conceptos. Todo en el universo tiene un lugar. Las 13 personas que frecuentan este blog saben como lucho a diario contra lo que considero una inmensa mentira, sin embargo me hago cargo de los que buscan desesperadamente ejemplos claros de ese orden y la deducción implícita que le gusta darles. Un signo claro de la locura ante mis ojos.

Creo en Dios. Creer en Él, es considerarlo un ordenador. Dios es el que puso cada cosa donde está. Sin embargo también puso en el hombre el principio del caos. Algo así como un escritor que necesita de la maldad para que trama se desarrolle. Porque seamos sinceros; no todos somos Flaubert describiendo bellamente al mundo. Los mediocres escribimos sobre el movimiento.

La escritura es una actividad sedentaria. Quizás sea que para notar el movimiento en todo su detalle se necesita un punto de referencia y un punto es un lugar determinado. Por eso digo que un escritor, o narrador; lo que más somos en este tiempo vertiginoso de veloz; es un tipo en pausa. Nunca quieto. En pausa. Porque para elegir qué describir y cómo hacerlo y con cuales palabras hacerlo; necesita hacer un paso para atrás para contemplarlo. Tomar distancia.

Con Monk, lo de tomar distancia, se logra gracias al TOC. Ádrian se aísla del mundo, temeroso de sus gérmenes y su mugre, ganando con esa distancia, un punto seguro que lo ayude a mirar lo que otros no ven. Desde allí, hace otro relato de los hechos, juega con las piezas hasta que calzan. Cada tanto una epifanía.

Me pregunto si Monk piensa, como pienso yo, que acomodar los hechos y darlos a conocer, no es ser verás. Que sí, hay un orden; que sí, hay un ordenador; que sí, hay movimiento y hay alguien que comprende hacia donde va y cuanto falta. Que la entidad, como quieras llamarla, lector atento, no comparte con el hombre dicha sabiduría. Que a fin de cuentas navegamos a ciega.

¡Ojo! no me estoy quejando, entienda bien. Ese misterio que envuelve a la vida y a las acciones de los hombres justifica la literatura, entre otras vanidades. Estaría bien decir que esta incapacidad del individuo para acceder a un conocimiento completo de las cosas le da alas para fantasear con diversas justificaciones de lo real y tangente.

Monk con estas dos particularidades que he nombrado es un buen candidato a ensayarse a si mismo como un productor de literatura, además de ser un excelente objeto de narración. Supongo que Stephen King, por nombrar uno, sabe de eso de que tus personajes sean escritores desquiciados.

Me gusta pensar, igual que a los biógrafos, que un escritor es un tipo marcado. Una persona que carga con un trauma que busca acomodar. Tomar distancia tiene su precio. Ver el polvo que se poza sobre las cosas es algo que Monk sufre, antes que disfrutarlo.

Mirando la escena donde trata de explicar lo que él ve tan claro y los otros no, me dio muchas ganas de esto. De ponerme yo a marearlo yo a ud, lector atento.

¡En fin!

29.10.11

Fuaa!!

Jorge Luis Borges.

El enemigo generoso.

 

Magnus Barfod, en el año 1102, emprendió la conquista general de los reinos de Irlanda; se dice que la víspera de su muerte recibió este saludo de Muirchertach, rey de Dublin:
Que en tus ejércitos militen el oro y la tempestad, Magnus Barfod.
Que mañana, en los campos de mi reino, sea feliz tu batalla.
Que tus manos de rey tejan terribles la tela de la espada.
Que sean alimento del cisne rojo los que se oponen a tu espada.
Que te sacien de gloria tus muchos dioses, que te sacien de sangre.
Que seas victorioso en la aurora, rey que pisas a Irlanda.
Que de tus muchos días ninguno brille como el día de mañana.
Porque ese día será el último. Te lo juro, rey Magnus.
Porque antes que se borre su luz, te venceré y te borraré, Magnus Barfod.