30.1.08

actualizando

A propósito del posteo anterior, anoche me puse en la tarea de ver la película “Complot”. Sin no la vio, lector atento, es donde Mel Gibson es un perseguido, de esos que creen en conspiraciones. Por supuesto enamorado perdidamente de Julia Roberts ¿Quién puede culparlo?

En fin. Cartón lleno, diríamos en Salta.

Signos

Cosas raras que me pasan.

O yo siento que me pasan.

Siendo mi percepción la única que me interesa: ¡me pasan!

El último taxi que tomo en Buenos Aires, antes de irme, es el primero al que subo cuando vuelvo. Así, levantando la mano al azar. El mismo chofer. El mismo auto.

Pongo la tele, cambio de canal buscando ver algo, pero solo consigo ver en tres canales distintos, al mismo actor, en tres distintas películas. Y la experiencia se repite en dos días diferentes. Primero con Johnny Deep , después con Robin Williams.

Me despierta un gato a las 7 de la mañana en el momento justo que la loca me manda un email.

Sube el inspector al colectivo, pide boletos, recibe el que le doy, lo perfora y sigue trabajando. Miro el boleto que me da y esta totalmente sano. Sin perforación.

Algunas cosas no puedo ponerlas acá sin el permiso de los involucrados. Perdón.

El Universo quiere decirme algo y no sé que es.

Ayuda. Pido ayuda.

26.1.08

santidad

"Pensé en la discusión con Ubertino. Sin duda, Guillermo había argumentado bien, había intentado decirle que no era mucha la diferencia entre su fe mística (y ortodoxa) y la fe perversa de los herejes. Ubertino se había indignado, como si para él la diferencia estuviese clarísima. Y yo me había quedado con la impresión de que Ubertino era diferente precisamente porque era el que sabía percibir la diferencia. Guillermo se había sustraído a los deberes de la inquisición porque ya no era capaz de percibirla. Por eso no podía hablarme de ese misterioso fray Dulcino. Pero entonces (me decía) era evidente que Guillermo había perdido la ayuda del Señor, que no solo enseña a percibir la diferencia, sino que también, por decirlo así, señala a sus elegidos otorgándoles tal capacidad de discriminación. Ubertino y Chiara da Montelfaco (a pesar de estar rodeado de pecadores) habían conservado la santidad justamente porque eran capaces de discriminar. Esa y no otra cosas era la santidad."

El nombre de la rosa de Umberto Eco.

Durante muchos años, lector atento, fui parte de un movimiento de iglesia. Palestra. Muchas veces leyeron esta palabra en mi blog. Considero en algunas ocasiones que sigo siendo un palestrista. Fui muy feliz siéndolo durante mi juventud rosarina. Recuerdos de alegrías varias mientras realizábamos lo que sentíamos como una obligación del espíritu.

Pero, antes todo, era un tiempo donde tenía cierta mis lealtades y mi posición en la vida. Me sentía fiel a mi mismo sin lastimar a nadie. Podía andar, como Ubertino, mezclándome entre pecadores sabiéndome limpio porque podía descubrir la diferencia. Acometía, lo sé ahora, en un pecado de soberbia; como todos los jóvenes. La cosa es que hasta de eso me cuidaba mucho.

Ya no soy joven, lector atento, tampoco un anciano pero las vueltas de la vida me ponen hoy solidario con Guillermo. Perdí esa asistencia del Altísimo de la que habla el personaje de Eco. Pero no quiero librarme de mis responsabilidades. La vida me puso en esas encrucijadas donde yo (nadie más que yo) elegí ser fiel a mí mismo pero a precio de lastimar.

Pero lastimar, por lo general, destroza el alma. Y desde ahí perdí todas las certezas. Ejercito mi humildad con solo abrir los ojos, miro a mí alrededor con desidia y sin interés. Me siento solo cuando estoy rodeado de miserables como yo que se saben victimarios de prójimos.

Vivir te pone a prueba, te muestra la triste verdad que no podes andar sin hacer llorar esos ojos que se quisieran besar. Si te relacionás con las personas podes lastimarlas. Ley de las relaciones.

Resulta que extraño esas certezas aunque hoy me resultan sospechosas. Las líneas son de humo. Y los vientos no paran. Cuanto más mayor me veo, menos sabio me siento.

Sé lo que es la santidad pero la siento lejos. Admiro más a los santos hoy que cuando rezaba más.

Una pena.

24.1.08

escatologico


La humorada de la foto salta a la vista.

21.1.08

ya sabe...


Esta es la ùltima de applet en el mercado. Linda si alguno quiere quedar bien conmigo...

16.1.08

el puto motor

Alli estaba, en ese oscuro garaje, con Tessio, un hombre al que apreciaba y con Neri, que en cierta ocasión lo había esposado, atado a un radiador y golpeado a las pelotas y se había salido de rositas. Nick Geraci respiró hondo. Siempre había sido un hombre que hacia caso a su cerebro, no a su corazón. El corazón no era más que un puto motor. Se suponía que la cabeza estaba para conducir.

Tessio había nacido el siglo pasado. Moriría dentro de un minuto. Su vida había estado regida por la cabeza no por el corazón ¿A dónde le había llevado eso? Allí. Un hombre que lo quería estaba a punto de convertir esa cabeza en un amasijo de carne y sangre…
El padrino, el regreso. Mark Winegardner.

9.1.08

Quevedo



Es hielo abrasador, es fuego helado,

es herida que duele y no se siente,

es un soñado bien, un mal presente,

es un breve descanso muy cansado.




Es un descuido que nos da cuidado,

un cobarde con nombre de valiente,

un andar solitario entre la gente,

un amar solamente ser amado.




Es una libertad encarcelada,

que dura hasta el postrero paroxismo,

enfermedad que crece si es curada.



Este es el niño Amor, éste es tu abismo.

¡Mirad cual amistad tendrá con nada

el que en todo es contrario de sí mismo!


Francisco de Quevedo

8.1.08

je je

"Las viudas son como las arañas; tejen demasiado"
El último Don de Mario Puzó.
Estoy leyendo muchos libros, poco a poco lo van a notar. En este que cito los nombres estan pensado para ser la pesadilla de la lengua de un cristiano de esta tierra.