17.7.21

Un Tiempo.



 Todo vuelve.  

Yo mismo vuelvo constantemente a situaciones, a lugares, a personas, etc. Volver es el modo que me sale utilizar para luchar contra la sensación de pérdida, y con este desgastante hábito me paro un poco más seguro ante esa otra horrible sensación, madre de la primera que es la sensación del Paso de Tiempo.  Al final no es más que una rabieta infantil del que sabe que no va a ganar, pero no es la primera vez que me meto en batallas así. Esto soy, Lector atento.  

Digo.  

Cuando me cruzo por la calle con tatuajes “Soltar” miro a la cara al portador anhelando encontrar a un hermano. Una persona que ya haya recorrido su propio camino hasta esta ineludible e impactante encrucijada; El Tiempo Pasa. No hace escándalos, no lo grita a los cuatro vientos, no te manda notificaciones. Con lo único que se deschaba es que te quita cosas; si no es que en realidad son sus cosas y solo las recupera. No importa, Lector atento. El abrupto día que descubrís que la sensación de pérdida lleva la marca de agua de su patrón El Tiempo, te define. Yo tengo que para mí que depende de cómo te hayas educado para manejar el vértigo. En mi caso muy mal. Yo me aferro. Admiro y desconozco a los que eligen soltar. Les tengo desconfianza, pero no los juzgo. Si tengo tiempo los interrogo, trato de entenderlos y por último aplico su lógica y los suelto.  

Y si bien le doy la razón a Charly en eso de que “Cuando el mundo tira para abajo es mejor no estar atado a nada” porque es verdad y porque siempre hay que darle la razón a Charly. Solo me pregunto qué paso cuando uno es el que tira para abajo. Cuando uno es el cae. Perdón Charly, yo me aferro.  

Llegado a este punto me impongo creer que se entiende que no hablo tanto de cosas materiales ya que no soy tan ingenuo, Lector atento. Las pocas cosas a las que me aferro son accesos directos a recuerdos queridos. Recuerdos de cosas, personas, lugares, experiencias. Sobre esa memoria vuelvo como si le estuviera ganando al Tiempo.  

Por eso vuelvo hoy a este Blog. Pasaron diez años. Yo ya no soy el mismo. Miro los últimos posteos con cariño y me sonrío ante la candidez del que los escribía. Cuando digo que no aferro a las cosas materiales no es que quiera venderme como un asceta. Solo es que me gustan las cosas nuevas y viajar liviano ergo las cosas materiales se cambian y solo las que puedo cargar. Blogger pasó de moda hacer rato. Si lo conservo es porque alguien lo guarda por mí. Y porque de vez en cuando puedo volver. En fin. Acá estoy.  

Miro que entre lo último que escribí el tema era Monk. O una idea que se disparó después de mirar Monk. La cosa es que volví a escribir para contar algo que me pasó mirando Monk. Pasaron años (diez, ahora lo sé) que no miraba la serie. La encontré en Amazon Prime y dije vamos,¿ por qué negarme a un tecito de nostalgias?. Una escena me hizo ruido y acá estoy. Un círculo perfecto. O un espiral. Veremos.  

Lo que me pasó se puede resumir así. Hice captura de pantalla de la escena como apoyo visual. Como se lee se habla de un femicidio. En 2009 que se filmó la Temporada no se había establecido el término, al menos no como está ahora. De hecho en el audio Monk dice “So, it is not a crime of passion” a lo que el traductor decidió poner como se ve en la foto. Me gustó que una multinacional que se dedica a tener contentos a sus clientes haya decido llamar a las cosas por su nombre. Que se ocupe de contextualizar.  

Pero también me di cuenta que el Tiempo a veces me habla como amigo y otras como enemigo. Esta vez me explica que las cosas a las que me aferro cambian, para bien, pero cambian; que mi mirada sobres esas mismas cosas cambia; que yo cambio. Que nada permanece porque el cambio es otra forma de que él marca las cosas. Porque él es el Tiempo y es SUPREMO.