5.5.07

math


Betty, La grande, lo bautizó “El Rey”. Se demoraba nada en festejarle cada arranque de egolatría a las risotada y hasta brindando con coca cola. Entre los dos derramaron mares de lágrimas. Había entre ellos una complicidad de la que yo estaba excluido: se baboseaban por los mismos tipos. Ojo que conmigo ella tenía una complicidad en la que el exento era él: la de las cosas de adulto. Entre nosotros y a su espalda lo llamamos el nene. Él prefiere que le digan Math. En fin.
Math está plagado de vicios a los ojos de algunos círculos donde a veces concurro. Se apuran en mostrarme donde es que este nene se equivocó. Lo tildan y des-tildan a velocidades muy humanas. Yo que ya renuncié a defenderlo digo para que me entiendan que al pibe lo aprecio y los que me quieren y me entienden lo aceptan. O lo soportan que ya es mucho. Me parece que los celos son muy naturales y no me estoy quejando.
Resulta extraño ¡cómo que no! que entre un gay y un neardental de yo exista este tipo de amistad y entendimiento. Será que nos encontramos en el justo momento y en el justo lugar y sobre todo en las justas circunstancias. La cosa es que conmigo el pibe es leal ¡Qué impagable es la lealtad! más que nada cuando es una virtud que se admira mucho y se practica poco. Agradezco eso de él. Y agradezco que me hace reír mucho. Tiene eso de alegría de vivir que es muy común en los gay pero que en Math se manifiesta sin escándalo. Ejercitamos la franqueza y nos expresamos sin lastimar. Nos reímos de las morales doble pero entre nosotros, dejando a la gente vivir y morir a sus anchas. Lo reto sin gritar y sin que se de cuenta cuando se manda sus cagadas y él hace otro tanto pero asustado cuando le toca. En fin, cosas de amigos.
Todo esto es preámbulo de que sepan que el nene abrió un blog y que voy a poner acá la dirección hasta que venga él a Bs As. a enseñarme a linkear.

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