atorrantas

Estas nenas (que pidieron que las llame atorrantas) quisieron aparecer en mi blog. Apenas las conozco por lo tanto me voy a fiar de sus palabras. No hallaron mejor manera de estimularme que afanarme el celular y sacarse una foto. Lo malo es que yo amo mi celular, el que aparece en la foto y casi me infarto buscándolo mientras ellas se sacaban fotos y decidían cual dejar. En fin.
¡Atorrantas! En fin. Se me pasó la bronca y pensé que son nenas. En fin.

Pasada la bronca las miré mientras ellas hacían sus payasadas y desperté a la novedad de cuan joven son los jóvenes de hoy. Viven sus vidas tragándosela y asumiendo que hay nuevas experiencias que vivir todos los ratos. Transgredir que parece ser la misma consigna que en mis tiempos significa mucho más compromiso. Y estaba también la decisión, o no se como más llamarlo. Eso de “todo o nada”, de seguridad insensata o precognición ciega. Claro está que ellas todavía no lastimaron de muerte a un ser querido. No gravitaron concientemente en la vida de nadie. No consolaron sin palabras a nadie que les abriera el corazón desgarrado. Entonces me partí en dos. Una parte de mí envidió algo que ellas ostentaban frente a mi pero otra muy mía me dijo dejalas todavía les falta vivir. Y les desee que alguna vez alguien las ame como me amo a mi la loca.