Seguramente fue bautizado con fe y amor. Pero a la hora de elegir el nombre nunca se imaginaron los padres que podían perder los estribos y proferir en un restorán una frase de este grosor:
-¡Jesús! ¡Pendejo pelotudo vení paraca! ¡Te voy a romper todo lo que se llamacara! ¿Mentendiste Pu ti to!
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