22.3.09

Humilde caballero soberbio.

humilde caballero

Conozco un tipo que ensaya, cuando viene a comer, una soberbia aprendida. Con movimientos que no le son propios, quiere que yo le crea que es un gran señor.

Se esfuerza con maneras precisas en el momento justo. Es sin lugar a dudas un alumno aplicado ¿Porqué negárselo? Se disfraza con sus dos celulares y sus sacos de marca. Las callosidades de la manos, sin embargo, no le prestan ayuda, denunciando a las claras que realizaba trabajos manuales. La piel, alguna vez curtida por el sol, desentona con los pañuelos de seda.

Hoy trajo a la mujer y maestra. Ella sí, posee una soberbia aprendida desde la más tierna infancia. Esas señoras erguidas desde el cuello hasta las piernas, como si fueran una sola pieza. De ella le aprende todo. Aún vestida de payaso, esta señora seguiría siendo digna y majestuosa.

Junto a ella, la mansedumbre en él, es natural. Estando juntos, él se conduce de una forma sencilla y moderada. La observa y aprende. Maestra y alumno bailan una danza de maneras y opuestos.

Me queda la sensación que, el humilde caballero, lo que más quiere es no desentonarle a ella, cuando caminan lado a lado. 

1 comentario:

Daniel Ricardo dijo...

que flojera ser soberbio.
Que horrible ser vulgar.

Yo por eso soy... Vulgarmente mágico :) muajajaja