3.3.09

la que espera, desespera.

Y al recordar la dicha que soñara
mira esa carta que un día él le mandó
pidiéndole que ella lo perdonara
si nunca más volvía... y no volvió...

Una lágrima (tango)

Ponga en una mesa dos tipos, un cincuentón y un treintañero. Hágale escuchar el tema “la historia de María” de los Pimpinelas. Pregunte si les suena en algo la canción.

Cincuentón: ¡Penélope!

Treintañero: ¡El muelle de san blás!

Déjelos discutir, si le divierte, sobre las valías de los temas, géneros y autores. Sígame de todos modos por un rato, lector atento.

Puesto a pensar, lo primero que sale decir, es que en este siglo ya no hay Penélopes que tejan y destejan las mortajas de  sus Ulises ausentes. Déjeme que le diga que no lo sé. Habría que hacer un estudio mas minucioso pero puedo admitir que ya pasa menos por las reglas actuales entre los enamorados. Ahora bien, si lo próximo que está por decir es que las mujeres ya no esperan a los hombres es ahí donde nos separaremos de caminos, lector atento.

Las mujeres de este siglo se habrán liberado  de muchos tabúes y limitaciones, pero yo digo que no dejan de esperar. Y es más, resulta más complicado porque esperan a alguien que no se ha ido. Esperan del hombre algo que el hombre no puede darle.

Los hombres,para poder estar con ellas, prometemos intentar ser los que ellas quieren que seamos. Y ellas se avienen a esperar. Pero el hombre tiene en su naturaleza al Vikingo. Toma lo que necesita y si no lo tiene se arregla con lo que hay. Cuando todo  se acaba busca otra aldea para asolar.  La mujer en cambio tiene otras expectativas y sueños. Se establece y siembra. A veces cosecha y vuelve a sembrar. Ambos se expanden hacia el futuro pero por distintos caminos. A veces esos caminos se juntan. No se demore haciendo juicios de valor, lector/a atento/a. Pasa.

Borges decía que uno nunca vuelve a ninguna parte porque todo cambia y uno nunca es el mismo cuando regresa a un lugar que tampoco es el mismo. Penélope, la de Serrat, se vuelve loca y le dice al tipo no sos el que espero. ¿Cuantas veces le pasa, lectora atenta, que el tipo viene contento a usted porque piensa que logró hacer algo que la haga feliz cuando en realidad es una pelotudez? No es el que usted espera.

Es una tragedia gigantesca. Los tipos no podemos darles lo que ustedes esperan. No me pregunte porque. Yo no le sé. Es un horrible misterio para mi. Sin embargo veo a todas las mujeres que me rodean que esperan algo de sus hombres y veo en ellos la incapacidad de darlo. Y como la Penélope de la canción se vuelven locas. Ojo también me pasa. No hablo desde afuera.

En el mito Ulises vuelve. Recuerde lo de Borges pero digamos que vuelve. Puede decirse que Penélope acepta con paciencia y amor lo que vuelve. Elige.

Dígame que es feliz, lectora atenta.

penelope

1 comentario:

Daniel Ricardo dijo...

"Borges decía que uno nunca vuelve a ninguna parte porque todo cambia y uno nunca es el mismo cuando regresa a un lugar que tampoco es el mismo"

bueno, eso es un remix de heráclito :)