A veces sueño con un hijo mío. Hoy soñé. Bueno, perdón, anoche soñé y ruego haber estado totalmente dormido porque el sueño del hijo es de esos que invaden los sueños de vigilia a mi edad. Me resisto a sentirme viejo.
Además ¡Dios libre a esa criatura de mí!
Esto que acabo de escribir es una chantada típica de un argentino y más que nada de un porteño. Una forma particular de auto-insultarme con el objeto de alabar mis peculiaridades. Sépanlo señores que me hago cargo de que voy a ser un buen padre. Antes que nada porque voy a elegir a una buena madre y porque voy a amar a esa criatura. ¡He dicho!
De todos modos fue nada más que un sueño. Espero que empiece a ser un sueño de vigilia.
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