1896 año de la creación de Puerto Belgrano. 1898 año de la fundación de la ciudad de Punta Alta. El primero es la base militar donde La Armada Argentina concentra la mayor cantidad de barcos mientras que la segunda es la población surgida a causa de dicha base. Esto que explico de una manera tan sencilla bien contado puede resultar largo, complicado y hasta emocionante pero me voy a quedar con lo simple.
Y a partir de acá voy a usar otras de las formas de la simplificación que es la generalización. Si lo aclaro es porque pienso que cualquier generalización padece de falta de veracidad y por lo tanto está viciada de maldad. Sobre todo por eso de “meter a todos en la misma bolsa” que tiene, de no respetar las individualidades. ¡Ojo! Entiendo que para desarrollar cualquier línea teórica generalizar es necesario y acepto las reglas del juego pero no puedo evitar molestarme cuando me quieren convencer de el fruto de una generalización puede ser tratado como una ley. En fin.
Lo que voy a contarle son impresiones mías; cosas que se me dan por pensar. Voy a caer en algunas generalizaciones porque no quiero imponerles mis ideas sino solo compartirlas y sobre todo porque el relojito del cybercontrol corre demostrando una vez más que el tiempo siempre es tirano.
Para mí, repito PARA MÍ Punta Alta es uno de los pocos bastiones del ideal conservador que quedan. Entiendo por conservador al que se esfuerza por mantener el estado de cosas tal cual esta y si es posible dar un paso atrás en el tiempo (todo época pasada fue mejor) y entre otras cosas porque le tocó un lugar de privilegio en la repartija de situaciones. ¡Estatus quo! ¿En que me baso? Viví tres años allá.
Les doy un ejemplo. A los puntaltences les gusta atesorar objetos antiguos de todo tipo. Tengo fotos para ilustrar mi punto. Es muy común encontrar en un bazar una caja fuerte del mil novecientos con un cartel de “no tocar”; o en una tienda de ropa una registradora mecánica, sin chip alguno; o en una casa de venta de lanas un teléfono de esos de Mafalda, todo negro y a disco. Indudablemente son objetos que fueron hechos para durar ¿por qué negarlo?
Es esta la idea que choca con un prejuicio mío (ya que generalicé ¿por qué no prejuzgar?) En mi cabeza el conservador es también un capitalista. Será porque uno observa que el poseedor del capital prefiere que las cosas y sobre todo el capital permanezcan donde están. Pero un capitalista moderno necesita que un objeto no dure toda la vida. El consumo es una de las leyes santas de la economía. Y si uno compra algo que dure toda la vida comprará una sola vez. Algo que es inconcebible hoy por hoy. Píenselo. ¿Cuántos celulares compró desde que salió la tecnología celular?
Y a partir de acá voy a usar otras de las formas de la simplificación que es la generalización. Si lo aclaro es porque pienso que cualquier generalización padece de falta de veracidad y por lo tanto está viciada de maldad. Sobre todo por eso de “meter a todos en la misma bolsa” que tiene, de no respetar las individualidades. ¡Ojo! Entiendo que para desarrollar cualquier línea teórica generalizar es necesario y acepto las reglas del juego pero no puedo evitar molestarme cuando me quieren convencer de el fruto de una generalización puede ser tratado como una ley. En fin.
Lo que voy a contarle son impresiones mías; cosas que se me dan por pensar. Voy a caer en algunas generalizaciones porque no quiero imponerles mis ideas sino solo compartirlas y sobre todo porque el relojito del cybercontrol corre demostrando una vez más que el tiempo siempre es tirano.
Para mí, repito PARA MÍ Punta Alta es uno de los pocos bastiones del ideal conservador que quedan. Entiendo por conservador al que se esfuerza por mantener el estado de cosas tal cual esta y si es posible dar un paso atrás en el tiempo (todo época pasada fue mejor) y entre otras cosas porque le tocó un lugar de privilegio en la repartija de situaciones. ¡Estatus quo! ¿En que me baso? Viví tres años allá.
Les doy un ejemplo. A los puntaltences les gusta atesorar objetos antiguos de todo tipo. Tengo fotos para ilustrar mi punto. Es muy común encontrar en un bazar una caja fuerte del mil novecientos con un cartel de “no tocar”; o en una tienda de ropa una registradora mecánica, sin chip alguno; o en una casa de venta de lanas un teléfono de esos de Mafalda, todo negro y a disco. Indudablemente son objetos que fueron hechos para durar ¿por qué negarlo?
Es esta la idea que choca con un prejuicio mío (ya que generalicé ¿por qué no prejuzgar?) En mi cabeza el conservador es también un capitalista. Será porque uno observa que el poseedor del capital prefiere que las cosas y sobre todo el capital permanezcan donde están. Pero un capitalista moderno necesita que un objeto no dure toda la vida. El consumo es una de las leyes santas de la economía. Y si uno compra algo que dure toda la vida comprará una sola vez. Algo que es inconcebible hoy por hoy. Píenselo. ¿Cuántos celulares compró desde que salió la tecnología celular?
Aclaro que no tengo la intención de decir que los puntaltences sean pájaros raros. ¿Quien soy para juzgar? Son buenos ciudadanos que viven su vida así, conviviendo con lo que les digo. Pero es que me gustan las contradicciones aunque sean falaces y rebuscadas como esta. Los ciudadanos de Punta Alta solo me sirven de ejemplo para desplegar mi perveción de contradiction.
Ahora que reviso contra relojito mis ideas descubro que me dejé afuera muchas variantes importantes. La idea de lujo para nombrar solo una. Ni hablar de que me refiero más que nada al capitalismo terrateniente y no industrial. Lo que demuestra que no estoy a la altura de ningún filósofo de cafetín. Pido disculpas.
Ahora que reviso contra relojito mis ideas descubro que me dejé afuera muchas variantes importantes. La idea de lujo para nombrar solo una. Ni hablar de que me refiero más que nada al capitalismo terrateniente y no industrial. Lo que demuestra que no estoy a la altura de ningún filósofo de cafetín. Pido disculpas.
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