8.6.09

quedarán en la marismas

Nada. Nada que pueda verse así, en palabras, y  me refleje. Como si el silencio sobre las cosas fuera algo mío, cuando no lo es. Verbalizar es lo que mejor hago. Aunque lo haga mal es lo que más me gusta hacer.

No es que no haya nada en mi cabeza ¡Usted no sabe! Pasa que el simple acto de elegir desde esa marisma me da pereza. Darle primogenitura a una cosa sobre otra me resulta injusto. ¡En fin! el simple acto de ordenar me pone los pelos de punta. Seguimos hablando de mi cabeza, no se pierda, lector atento.

A ningunas de estas cosas que tengo ahí las puse yo, sin embargo son mías ahora. Será que yo tengo que ocuparme del ciclo que les compete. Esconderlas del sol, rescatarlas de la arena, soplarle bajo las alas, acariciarles el pelaje, limarle las uñas, afilarle los dientes, darles luz, ser su dios. Ponerlas en equilibrio, digo.

Establecer los cómos, los porqués y los cuándos pero ser un Dios cósmico es para otros. Mis razones son mía ¿Cómo explicárselas a las imágenes de mi cabeza? ¡Na!

En fin.

Hoy me dijo que llora. Lágrimas de mujer, un mar lágrimas.

¿Qué más importa?

Nada.

1 comentario:

la maga dijo...

salva paga el panda!!! es tan PESADO!!!