3.5.08

mi amigo ayer




Chayle. El nombre se me diluyó en ese líquido corrosivo que es el olvido. Pero ahí tiene el apellido, lector atento. Chayle. Me resulta extraño que la memoria me haga esto con un pibe que consideré un amigo del alma a la edad de los diez años. Hasta el punto de que habíamos decidido casarnos con la Silvia Singh y con la Carla Peralta en cualquier orden que pudiéramos acordar con ellas.
Con este amigo mío, portador de una carita de degenerado completita hasta con entradas de pelado, dividimos el universo femenino de nuestro cuarto grado en: culonas y tetonas. Las que no pudimos identificar en ninguno de los dos grupos, las sorteamos, razón por la cual Miriam Murienega terminó injustamente entre las tetona; aunque tengo que admitir que hubiera sido igual de injusto ponerla entre las culonas. En fin.
Jugábamos, porque éramos chicos, a ser mayores. Mirábamos minas. Cuando digo minas ponga en su mente a nenas que empezaban el proceso de acomodar carnes y desarrollar huesos. Pura experimentación porque no podíamos aprender lo que se aprende en la familia. Él estaba solo con sus abuelos y yo desconfiaba de la mía. De lo de la imagen paterna éramos huérfanos en potencia y en acto.
Nos guiábamos por la televisión y por la cierta curiosidad de los instintos. De la televisión sacábamos pecho por Rick Hunter del dibujito animado “Robotech”. Le hablo de años donde los pilotos estaban bien vistos; aun los militares. Si no sabe, lo pongo en antecedentes. El pibe se enamora de una piba llamada Lin Minmei el mismo día que invaden los Zentradis y se desata la guerra que los traslada lejos de la tierra. La tarea de volver se impone. Las aventuras se suceden y en el camino estos dos se convirtieron en personas distintas de las que eran. Maduraron y fueron lo que quisieron ser. El pasó de ser piloto de acrobacias a ser piloto militar. Ella cumplió su sueño de cantante. El conoció a Lisa Hayes. Ella la fama. Nosotros los que seguíamos la serie sufríamos con eso de que las situaciones nunca se dieran.
Deducíamos que el amor tenía que ser esa situación donde los sentidos imponen sus razones. Que lo importante es ensoñarse con el objeto de deseo sin establecer una relación con él. Que la mejor amada es aquella que se presenta inaccesible. Que uno puede buscar quien lo consuele. Alguien que haga compañía porque ama.
Así veníamos hasta que solo faltaban solo cinco capítulos para el final de la primera saga. Y algo cambió. Rick se propuso enseñarnos que el amor es algo extraño. Cuando Minmei, ya famosa, se el entrega ¡regalada! el descubre que es a Lisa a la que quiere. Opta por el verdadero amor.
Mi amigo Chayle lo tomó como si fuera una locura. Decidió, porque su instinto se lo dictaba, que todo estaba mal. Dejó de ver la serie. Se obstinó en decir que no era realista. Los otros lúcidos del curso le llegaron a reclamar que buscaba realismo en una animación de extraterrestre, pero no sirvió. Se alejó de la masa que seguíamos Robotech.
Yo mientras tanto sentía que me había perdido de algo. Pero era chico y tenía una lucha para sobrevivir al maltrato de mis parientes, por lo tanto lo dejé para que el tiempo me lo explicara.
Chayle, mi amigo, se fue del pueblo ese mismo año, al terminar las clases. Se perdió la segunda saga y la tercera de robotech. La segunda lo hubiera lastimado pero la tercera lo hubiera matado de bronca. ¡¿Qué se le puede hacer?! Me pregunto a veces por él cuando veo a un nene degenerado. Me pregunto si habrá encontrado alguna capaz de amar esos rasgos.
Hoy, pasados más de veinte años, creo que podría tratar de explicarle a mi pequeño amigo que es lo que pasó. Creo saber, solo porque lo intuyo, que Rick Hunter eligió bien. Que el amor es algo distinto de la pasión. Que el primero debe esclavizar al segundo pero nunca al revés porque la pasión se termina pero el amor puede durar mientras dure la vida. Se puede llegar al punto de renunciar a la misma en nombre del amor (una locura monumental pero se puede).
Hay pasiones adultas y Hunter se jugó por ella. Minmai solo trataba de recuperar lo que ya había perdido y no podía recuperar. Quería ser alguien que ya no era. Y en temas emocionales, uno debe decidir y elegir como el que es y no como el niño que fue.
Me pregunto hoy si mi antiguo amigo me entendería.
Me pregunto si usted, lector atento, me entiende.

3 comentarios:

Math dijo...

Que dramatico todo... me hiciste acordar.. yo me enojaba con la nave espacial que se llevaba a Xuxa después de su programa...

¡ PASKIJONES !!! dijo...

Mas niégome a tildar a mi verborrea plana de dramatológica dado que mi ánimo al menos en todo momento viste sus galas más festivas con la intención de invitar a bailotear hasta a l@s cadáveres. Empero no arrojo la toalla e insisto. Probad a clickar sobre aquí a guipar :

www.paskijones.net/seccion10.php

la maga dijo...

chayle... yo me acuerdo de chayle. pobre la sensacion de el y vos juntos me da colagusano y el papá de harry. pero bue eran despadrados los dos era eso... onda harry y voldemort...? en fin... toy enferma.