17.4.08

humo


El humo es una presencia. Dígale que no a un porteño hoy. Respeta la misma norma que algunas personas que conozco; se hace notar molestando.
Primero se funde con el aire para viajar hasta mis ojos. Condimenta, allí, las lágrimas con su propia esencia. Se sacrifica en el lagrimal para ser parte de la saliente lágrima. Se funde para ser otra cosa. Lágrimas de hollín.

¡Jodido!


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