1.12.07

dos pájaros de un tiro.


Serrat y Sabina, coincidentes en tiempo y espacio, convocan una magia que nació con ellos, que les desborda, que comparten y que los define. Son músicos que miman la música, uno de una forma, el otro de otra. Saben lo que saben y eligen reírse juntos. Por algo están más allá.
Cada uno por su lado provocó el prodigio muchas veces ya. Con distintos artilugios, que le son propios, encantaron multitudes. Magos veteranos, lector atento, se hacen presentes sobre las tablas de un mismo escenario, donde no hay fronteras, donde no reclaman propiedad sobre el público sino que se entregan ellos, mientras que cantan: no escojas solo una parte…
Y como decidieron hacerlo, lo hacen bien. Quiero decir, que juegan y se mezclan disfrazándose del otro, muertos de risa, artistas que se dicen artesanos. Cantan en la cara del otro, las canciones que en ese escenario ya no les pertenecen. Verborragia sabinera dichas con la cadencia serratina. Mansas verdades de Serrat declamadas roncamente por Sabina. Gemelos de su madre España, dicen lo mismo sin parecerse ni repetirse. Tan únicos son, que no hay envidias ni soberbias que les empañe la fiesta. Y nos dieron las diez y las once y las doce…
Los diarios y los noticieros se pelearon para dar en primicias la lista de temas, la alternancia, los detalles y las rarezas del recital. Hablarán todavía un rato. La Internet muestra lo que se puede mostrar y lo que no. La discográfica ha distribuido en el país el dvd de los concierto de Madrid, de cuya experiencia les hablo. Se podría decir que ya ni siquiera hace falta ir al recital en la Bombonera. Sin embargo yo elijo estar ahí. Quiero verlos, gritar con ellos (diciendo que canto) la letra de Lucia. No creerle a Serrat eso de que se marcharía con cualquiera ¿quien puede creerle algo así aunque lo vea con sus propios ojos?

Elegí ser testigo de este punto en la historia. Elegí ir. ¿Por qué? Porque ellos me pidieron que vaya.
Estos dos poderosos viejitos han descubierto que el devenir de los tiempos va a tardar en dar dos artistas tan talentosos y dotados, que a la vez compartan una época. Sabidos que no se puede enseñar a hacer lo que hacen porque ellos no hacen sino que son, se dispusieron a hacer/ser el milagro, no sin antes decir: Vengan y vean.

No hay comentarios.: