cintia

De mañana. Mal humor. ¿Cuál otro tipo de ánimo puede caber en la mañana? Un malestar beligerante contra cualquiera que me dirija la palabra, contra cualquiera que requiera de mí una respuesta, contra cualquiera que pretenda que ponga en movimiento esta pesada maquinaria mental.
Asco. Asco de tripas revueltas. Cosas que vuelven ¿Por qué teniéndola edad que tengo no renuncio a la noche a cosas que me quemarán las tripas en la mañana? Fluidos internos que se resisten a abandonar la posición horizontal. Músculos que reclaman independencia. Mala hora; la mañana.
Café. Necesario. Negro. Dulce, para amarga la vida. Mensaje de texto. “Café con leche con cuernitos. Gracias”. Estoy esperando el celular que haga esto por mí.
Cintia. ¡Hola salva! Beso. Agradezco que no se moleste de que no le devuelva el saludo. Endulzo mi café. Me mira. A veces me rasca la barba, otras me da golpecitos en el dorso de la mano mientras que el olor del café impregna el aire. El primer sorbo es caliente. Recién entonces reparo en la luz. Hasta ahora solo estímulos primarios creo. Habrá que consultar con algún psiquiatra.
Cuando ya supero el primer sorbo recién saludo y mientras me tomo el resto ella prepara su partida. Una de las cosas que me vinieron con los años es la necesidad de ciertos ritos. Y el de la mañana es muy necesario. Cintia es la cafetera que reparte el café a los que como yo tienen el temor de satisfacer el instinto asesino camino a el barcito. Ella entra eternamente vestida de negro y paciencia. Espera que sea un mejor ser humano y después me deja segura que ya no voy a matar en la primera oportunidad. Y no es que yo sea un mal tipo. ¡No se confunda señor juez!
Desde joven cultivé el hábito nocturno. En este punto la loca de mi mama se querrá alabar diciendo que es gracias a ella. ¿Qué se yo? Un poco si. Que importa. La cosa es que vivir de noche tiene como contrapeso que la mañana es insufrible. Ojo. Me levanto varias veces porque tengo asuntos que atender. Mi horario de estar en pie es a las diez habiéndome acostado como a las dos. A esa hora entra esta chica en mi vida.
Hermosa está en la foto. Hermosa es. Su nena es tan linda como ella.