4.6.08

leonardo da vinci


Me puse ayer a ver “El código Da Vinci”. Consecuencia de que la Laura lo consiguiera por oscuros caminos que no voy a ventilar aquí.
Me resultó extraño que Leonardo Da Vinci sea tan ignorado durante toda la película. Ni siquiera llega a ser un personaje secundario ¿Habrá pedido Tom Hanks que la imagen de Da Vinci no opaque la suya? Solo así se entiende que apenas se lo nombre en una película que ostenta tan grandilocuentemente si apellido.
El libro, a fuerza de burdas repeticiones, pone a Leonardo al mismo nivel que los protagonistas. Todo el tiempo se lo nombra y se trata de ignorante al lector dando largas explicaciones imprecisas. Resultaba interesante en él, no la manifiesta voluntad de ir al choque con la iglesia católica; sino la idea de que Leonardo Da Vinci, siendo prior de una orden destinada a conservar un secreto, lo haya codificado en sus obras. Algo sobre lo que el autor no se da cuenta que pone en el libro porque cuenta una historia que le contaron y no entiende la belleza de lo que escuchó. Dan Brown no sabe bien lo que hace en ese aspecto.
En el film, donde se recrea en una especia de transparencias muy bellas, varios pasajes de la historia de la humanidad citados para bien de la trama, nunca aparece Leonardo. Repito: Nunca pero nunca se ve un actor caracterizado como el pintor/inventor/escultor/genio de su época. Sí se recrea el funeral de Isaac Newton, ¿Cuánto podía costar ponernos a un Leonardo pintando la Última Cena?
Se ve de reojo la Gioconda, que para la trama no tiene peso. Siempre me enojó que sea la tapa de casi todas las versiones del libro que he visto. Para la historia que se cuenta, el fresco de la Cena es más valioso. En fin.
Resumiendo. Al libro le sobran por lo menos 100 páginas. A la película le falta consistencia y coherencia con el nombre. Y ofenden al que fue un gran hombre. Leonardo que no quería que las verdades se pierdan. Si asumimos que hay algo de verdad en lo que ya se había divulgado en El misterio sagrado, Leonardo entendió hay cosas que no se deben esconder.
Como un desagravio pongo aquí un autorretrato de Leo.

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